
Gracias a un queridísimo amigo de Aranjuez, hemos tenido el privilegio de probar unas maravillosas fresas provenientes de dicha localidad. Las fresas de Aranjuez no solo son carísimas, sino además, escasísimas y muy difícil de conseguir. La producción está más que vendida antes de ser recogida; y muy pocos privilegiados pueden acceder a ellas.
Esta fresa (más bien diríase fresita), cuyo nombre científico es Fragaria vesca , es muchísimo más aromática y sabrosa que el fresón, (lo que normalmente nos venden como fresas en muchos sitios).

Solamente con que uno se acerque a ellas, percibe ya a cierta distancia su característico perfume. Su inconfundible aroma nos recuerda a gominolas, helados, mermeladas, jarabes... Sin embargo, nada es comparable a esta fresa por su suave textura y el aroma que despliega en la propia boca, deshaciéndose prácticamente en la boca al fundirlas entre el paladar y la lengua.
¿Has probado las auténticas fresas de Aranjuez alguna vez? ¿Qué opinión te merecen?
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