
Esta semana hemos vuelto a realizar una paella con uno de nuestros arroces preferidos, el arroz Sivaris. En este caso, el Mediterráneao, una variedad japónica de grano redondo y perlado. Según nos indican esta variedad, de aparición
reciente, durante la cocción sufre un efecto acordeón que permite que el arroz absorba mucho sabor pero quede entero y suelto.
Y para esta variedad nos planteamos hacer un arroz que llevara exclusivamente verdura en toda su composición. En primer lugar el caldo, donde cocimos lentamente patata, cebolla, tomate, puerro, alcachofa, y un ajito. Posteriormente, hicimos un sofrito de tomate, cebolla, puerro, alcachofa, guisantes y calabacín, (que le daría un toque dulce muy agradable al final).

Cuando el sofrito estaba en su punto (ligeramente doradito), echamos el arroz y después de removerlo todo, echamos el caldo (hasta 4 veces el volumen de arroz). Después de 20 minutos de cocción, el resultado salta a la vista. Lástima que las fotos no transmitan el excelente sabor que conseguimos.
Y junto a este arroz, tuvimos la oportunidad de catar unos estupendos albariños de Lagar de Besada, y unos tintos del Valle del Cinca de Bodegas Valonga.

En cuanto a los albariños, comenzamos por Baladiña, un vino de color amarillo dorado con brillantez y glicérico. La nariz es delicada, de gran intensidad de aromas a fruta fresca y balsámicos. Un albariño dentro de corte clásico, muy frutal y muy fácil de beber.

A continuación pasamos al Añada de Baladiña. Un vino con 24 meses de envejecimiento con sus lías, que le dan un color dorado oro. Tiene una nariz compleja y este es totalmente diferente a los albariños que conocemos. En nariz destaca la fruta madura y muy mineral. En boca es corpulento, sabroso y equilibrado. Sin duda, un albariño muy recomendable.

Después pasamos a catar dos vinos tintos de Bodegas Valonga, de Valle del Cinca. El primero, el Valonga Campo Gabás, un crianza con 8 meses, con tempranillo, graciano y merlot. De color rojo cereza, capa alta, de aroma intenso a ahumados y fruta roja madura. En boca es redondo y equilibrado, y tiene un paso suave que invita a repetir fácilmente.

Y para terminar este pequeño banquete, finalizamos con un varietal de la misma bodega: Monte Valonga Shiraz. Una uva que en PrivaGourmet nos gusta especialmente, y que desde luego no nos defraudó en absoluto. Tras una fermentación maloláctica tiene 3 meses de reposo en barricas nuevas de roble francés y americano. También presenta un color rojo cereza, pero más violáceo que el anterior (característico de la fermentación maloláctica mencionada). Tiene un aroma intenso a frutos negros y tostados del hollejo. En boca es carnoso, de taninos dulces y algo de especias. un vino muy, muy equilibrado que denota el saber hacer de su bodega.
¿Conoces algunos de estos vinos? ¿Estás de acuerdo con nuestra valoración?
Pues si, yo conozco el Añada de Baladiñas, y creo que os habéis quedado cortos. Es un vinazo para todos los que nos gustan los blancos. Ese proceso de fermentación con sus lías es relativamente novedoso en la zona, y les da un punto a los albariños, que no tienen nada que ver con los que la gente conoce normalmente. Son mucho más minerales y más estructurados. Este concretamente además es de la subzona del Salnés, que es la más grande de la D.O. Rías Baixas, y desde mi punto de vista, la mejor.
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