Para comenzar una pequeña crónica sobre nuestro viaje a Berlín. Berlín no es reconocida por su gastronomía, pero siempre que uno sale tiene la expectativa de encontrar algo que le sorprenda. Y a fe que lo conseguimos en esta ocasión porque descubrimos un restaurante italiano que es probablemente uno de los mejores italianos que hemos conocido jamás.
De entrada, un queso de scamorza fundido con setas y trufa. El ansia nos llevo a comernos medio plato antes de hacerle la foto. Realmente delicioso.
Junto a este delicioso plato que nos supo a poco, un plato de antipasto surtido, donde era difícil discernir cual de todos estaba más suculento. A destacar el carpaccio y la lengua de ternera. Posteriormente, un plato de pasta donde lo que aparentaba ser una sencilla salsa de tomate era realmente un conglomerado de ingredientes y sabores que estaban realmente espectaculares.
Y si parecía difícil superar el nivel que nos habían ofrecido, lo del postre fue sencillamente de concurso: Una patata laminada y cruda, que flambearon con un par de licores delante nuestra, para añadirle posteriormente zumo de naranja. Sencillamente impresionante. Por cierto, que he buscado algo parecido por internet, y no he encontrado nada. Algún día intentaremos replicarlo y ya os contaré.
Todo esta maravilla la acompañamos de un Argiolas Costera del 2006. Un vino italiano con garnacha, cariñena y bobal, una mezcla que ofrecía a priori una complejidad interesante, pero que luego se quedo a mitad de camino. Simplemente correcto.
Y una última curiosidad del restaurante: no tiene carta. Todos los platos son “cantados” por el maître que ofrece una detallada explicación de la materia prima y la forma de elaboración.
Si vais por Berlin, no dejéis de visistar este restaurante: Don Camilo
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario