Este viernes hemos tenido el privilegio de cenar en el restaurante DiVino, de Lucio del Campo. Una proposición sorprendente en el corazón de Segovia. Cuidadosamente decorado e iluminado, armoniza perfectamente una proposición moderna y exquisita en un contexto tradicional de piedra y ladrillo.
La cena que degustamos estuvo formada por una correcta Ensalada templada de patata escabechada y pulpo laminado a la gallega, para continuar con unos excelentes Boletus edulis dos cocciones con huevo escalfado y aroma de trufa. La siempre interesante mezcla de los boletus con el huevo, preparado de forma sencilla pero elegante.
A continuación tomamos un magnífico y generoso Risotto de carabineros y alcachofas, menos cremoso de lo que cabría esperar, pero realmente delicioso. Y finalmente, un plato tradicional preparado de forma muy, muy especial: Lechoncito deshuesado y encostrado sobre crema de patata. Según nos contó Lucio, un lechoncillo de apenas 4 kg cuya carne especialmente sabrosa y su piel perfectamente tostada, es una delicia para paladares exigentes y que gusten de este tipo de carne.
Y esta magnífica cena fue acompañada por una más que acertada sugerencia de Lucio, un César Príncipe de 2006. Un tempranillo de Cigales con una personalidad muy especial. En nariz tiene un aroma potente, y destacan claramente los frutos negros y algo de lácteos, con fondo mineral. En boca es potente, sabroso, cálido y carnoso. Buena persistencia y bastante largo. Una estupenda relación calidad - precio
Y para finalizar esta magnífica velada, una actuación de música en directo junto a unos exquisitos Gintonics de Bombay Sapphire. No se puede pedir más. El que tenga oportunidad, que no deje de pasar por este magnífico restaurante, o como mínimo que se detenga a tomar un buen vino, pues la bodega que tiene es estupenda. Muy, muy recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario